En abril de 2020 la Generalitat de Catalunya publicó una entrevista al presidente de la Coordinadora Catalana d’Entitats Budistes. Nos ha parecido interesante recuperarla para que se conozcan algunos aspectos de su biografía y su pensamiento. Este es el texto completo de la entrevista realizada por Juan Gómez y Segalà.
Cuando comenzó su búsqueda espiritual?
Yo siempre he tenido un carácter devocional. Fui a un colegio religioso y, por tanto, de pequeño mi expresión era católica. De joven, me aparté porque no encontré nadie brillante, luminoso, compasivo, aunque de mayor he conocido católicos que sí tienen estas virtudes. Me asomé a la lucha reivindicativa a nivel social y universitario.
De joven no teníais ningún referente espiritual
Yo mismo me denominaba buscador. Era una época en que me interesé por la cábala, por el sufismo, por el cuarto camino de Gurdjieff, incluso me interesé por la astrología, pero no había nada que me resonara. Apenas Gurdjieff …, y dentro de la filosofía, me interesó especialmente Bertrand Russell, porque su lógica me acompañaba. No encontré la conexión hasta que me fue traspasada una librería en la calle Santo Domingo del Call (Barcelona) y me hice librero.
¿Qué había de interesante en esta librería?
Ahí descubrí los libros de René Guénon, un francés de principios del siglo XX que tenía una mente muy lúcida y que había tenido una conexión espiritual con el vedanta y el sufismo. Afinaba con una gran precisión intelectual en sus análisis de todas las corrientes espiritualistas con influencia oriental de aquel tiempo, como la teosofía de madame Blavatski o el espiritismo, al tiempo ponía al descubierto la inconsistencia de muchos de estas corrientes, que son una mezcla de cosas sin la profundidad que tienen las tradiciones antiguas como el yoga, la cábala, el hesicasmo cristiano o el sufismo. Él había conectado con una fuente tradicional, la sabiduría trascendental o sabiduría perenne, que tenía mucho de filosofía hinduista, y ahí empezó mi fascinación por las tradiciones orientales. En esta librería conecté con el budismo.
Llegó al budismo a través de los libros?
Tuve que ordenar todos los libros. Me resultó fácil clasificarlos todos, hasta que llegué al budismo. El budismo tiene una única base y una única esencia: conectar con la naturaleza primordial, la conciencia primordial, que es el verdadero Buda, la conciencia del presente. Pero a la vez es muy diverso en las formas, hay muchas corrientes. El lenguaje me entraba mucho, me resultaba familiar, quería profundizar más.
Cómo continuó usted?
En la librería entraba mucha gente y hablábamos mucho, era un lugar que favorecía la conversación. Así conocí budistas que me pusieron en contacto con maestros del budismo tibetano que venían a Barcelona de vez en cuando. Un cliente me habló de un lama tibetano que se encontraba en la Dordoña, un gran santo llamado Dudjom Rimpoché, un maestro muy apreciado por todos los tibetanos. Fui a escuchar sus enseñanzas y me sentí tan a gusto como si hubiera reencontrado mi casa, mi familia. Poco después Dudjom Rimpoché traspasó, y su hijo Shenphen Rimpoché, que también irradiaba Santidad y compasión, continuó dando enseñanzas. Sentí una conexión profunda, no desde el intelecto, sino desde el corazón, y me hice su discípulo.
Una vez descubierto su referente, como os cambia la vida?
Continué como profesor de la escuela de arquitectura hasta la jubilación. Mientras tanto, me aboqué a la creación de entidades, alguna de las cuales se convirtió en entidad religiosa, trabajando para dar al budismo la visibilidad necesaria. También dirijo un centro de meditación.
Plena dedicación?
Vivo con mi familia, que también está interesada en el budismo, y yo me puedo dedicar mucho a la práctica personal y al soporte a las entidades, y sobre todo a la difusión de la conciencia de que todos provenimos de una sola esencia que se manifiesta de maneras muy diversas.
Prefiere identificarse como budista que con el propio linaje?
En los inicios el principiante se cierra en la propia práctica, intenta no escuchar otros maestros o linajes para no confundirse con las diferentes escuelas. Más adelante, vas a escuchar otros lamas, y oyéndoles entiendes mejor cuál es el núcleo común de la enseñanza. Estas etapas te llevan cada vez más a abrirte y aceptar la diferencia y la unidad. Desde la Coordinadora fomentamos mucho esta toma de conciencia de la unidad en la diversidad, y son ejemplos el Vesak, que se celebra en primavera, aunque este año no lo podremos celebrar públicamente, y también las jornadas de otoño, en las que reflexionamos con expertos, miembros y también simpatizantes sobre temas de actualidad y de interés para budistas y personas de mente abierta.
Es usted el presidente de la Coordinadora Catalana de Entidades Budistas
Al principio yo rechazaba el cargo de presidente porque con la cabeza insistía en mi idea de profundización y en mis planes de retiros largos, pero asistía a las reuniones, y al final el corazón hizo ver que yo podía hacer este servicio.
Os proponéis extender el budismo?
El budismo no tiene ningún afán proselitista. Hay que practicar, consolidar la práctica y enseñarla a quien esté interesado, nada más. Otra gran descubrimiento ha sido el diálogo interreligioso, que he descubierto por dentro porque participo muy activamente. No sólo me parece enriquecedor, sino natural para entender y aceptar al otro, sea cual sea su opción. Todo es expresión del misterio, que se manifiesta a través de formas determinadas por la cultura.
¿Qué significa la fiesta del Vesak?
El Vesak une tres celebraciones fundamentales en el budismo: primero, el nacimiento de Buda; segundo, su iluminación o despertar a la vivencia de la realidad absoluta, y, en tercer lugar, el Paranirvana, el abandono de este mundo, el samsara, para volver al origen, reintegrarse en esta conciencia universal que todo lo penetra. Es útil la imagen de la llegada a la otra orilla, al atravesar un río, en que usas una confesión u otra como vehículo pero que abandonas al integrarte en la casa del padre.
Buda significa el despierto
No se trata sólo de una luz de fuera que nos despierta, sino también de una luz interior, porque nuestra conciencia es una chispa de la conciencia del universo. Esta experiencia de conciencia plena es la budeidad, que es la que vivió el Buda histórico, Sakyamuni, pero todas las personas que llegan a la misma experiencia de apertura a la conciencia del absoluto son budas.
En época de pandemia, qué podemos aprender desde la perspectiva budista?
En el budismo hablamos de los cinco venenos o aflicciones principales: ignorancia, deseo, odio, codicia y celos. Si alguien está poseído por uno de estos venenos su conciencia enferma y se oscurece. Esto también ocurre a nivel global. Como resultado del materialismo feroz, que sólo valora aquello que es cuantificable, la conciencia colectiva del planeta enferma. Visto desde una perspectiva global las catástrofes son reajustes de la naturaleza, incluso este virus puede ser una reacción del planeta con el resultado de una sanación ambiental, como se ve con la notable reducción de la contaminación. No culpabilizaré a la humanidad como quien afirma que el hombre es el cáncer de la Tierra, pero sí que la actividad humana enferma la Tierra, que no olvidemos que es un organismo vivo.
Qué podemos hacer para revertirlo?
Podemos entender el confinamiento como un regalo, a pesar de las consecuencias catastróficas de muerte y sufrimiento. Es un trastorno muy grande que requiere una capacidad de adaptación muy grande. Los cambios cuestan mucho. ¿Qué podemos hacer? Como dice Gandhi, sé tú el cambio que quieres ver en el mundo. Será muy bueno para todo el planeta que las personas que tienen conciencia de que hay una realidad intangible más allá de lo que perciben nuestros sentidos profundicen en sus prácticas espirituales y trabajen para liberarse de sus venenos e irradiar una luz que cambie el entorno.
Hay una nueva conciencia
En tiempo de confinamiento la gente busca distracciones y deja perder la oportunidad de cambio profundo que se abre. Si sabemos verlo como oportunidad podemos poner en práctica lo que nos hace más compasivos, proactivos y eficientes en beneficio del planeta y de todos los seres que la habitan.